TEORÍA DE LAS SUSTANCIAS, Descartes
La sustancia es aquello que existe por sí mismo sin necesidad de otra cosa, es decir, es aquello autosuficiente.
Partiendo del cogito, pensamiento, Descartes sostiene que él mismo es solo una
Sustancia pensante (res cogitans)
Dado que ni siquiera el escéptico radical puede negar la existencia del pensamiento, su negación sería un pensamiento más, mientras sí puede mantenerse una duda sobre el cuerpo.
Este razonamiento es sospechoso, dado que una idea tan evidente como el propio cogito puede ponerse en duda en términos generales (es inteligible la frase: «las ideas más evidentes son dudosas, acaso están equivocadas»), y esta clase de duda solo queda claramente superada cuando se refutan las razones más radicales para dudar que ha admitido la investigación.
Sustancia finita (res extensa)
Es decir, la materia. Descartes dio prioridad a la mente y argumentó que la mente podría existir sin el cuerpo, pero el cuerpo no podría existir sin la mente. En las Meditaciones, Descartes incluso argumenta que si bien la mente es una sustancia, el cuerpo está compuesto solo de "accidentes” Pero argumentó que la mente y el cuerpo están estrechamente unidos.
En cualquier caso, la teoría de las dos sustancias nos invita a un mundo dualista. Para llegar de una realidad a otra, del cuerpo al alma, o viceversa.
Sustancia infinita
Que es Dios, un ser perfecto e infinito. Estas dos nociones parecen equivalentes, tal como Descartes las empleó. Tradicionalmente, se considera que Descartes introduce a Dios en su metafísica como garantía de la verdad y la materia, pero esto da lugar al profundo problema de la circularidad, que Descartes mismo señala en la «Carta a los Decanos y Doctores...» que antecede a las Meditaciones.
Así, Descartes razonó que Dios es distinto de los humanos, y que el cuerpo y la mente de un humano también son distintos entre sí. Argumentó que las grandes diferencias entre el cuerpo (una cosa extendida) y la mente (una cosa inmaterial no extendida) hacen que los dos sean ontológicamente diferentes. El dualismo cartesiano allanó el camino para la física moderna y también abrió la puerta a las creencias religiosas sobre la inmortalidad del alma.
SOBRE LOS ANIMALES
Descartes negó que los animales tuvieran razón o inteligencia. Argumentó que los animales no carecían de sensaciones o percepciones, pero esto podría explicarse mecánicamente. Mientras que los humanos tenían un alma o mente y podían sentir dolor y ansiedad, los animales en virtud de no tener un alma no podían sentir dolor o ansiedad. Si los animales mostraban signos de angustia, esto era para proteger el cuerpo del daño, pero el estado innato necesario para que sufrieran estaba ausente. La idea de que los animales estaban separados de la humanidad y que simplemente eran máquinas permitía el maltrato de los animales, y no fue sancionado por la ley y las normas sociales hasta mediados del siglo XIX.
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