Máximas e Imperativos de Kant
Aquello que hay que determinar (el valor moral) no depende del contenido ni de los resultados de nuestras acciones, sino solamente del principio por el cual se realiza.
EL DEBER ES LA NECESIDAD DE UNA ACCION POR RESPETO A UNA LEY.
Esta definición kantiana del deber indica que solo la ley como tal, y no en sus efectos, merece respeto y seguimiento, pues se trata de una ley práctica.
La doble ciudadanía del hombre según Kant
La “doble ciudadanía” del hombre y la encrucijada que para él representa, explican la necesidad de que nuestra voluntad sea exigida a seguir un deber. Tales exigencias, mandatos, obligaciones quedan comprendidas en el concepto de “imperativo.”
En tanto “ciudadano de dos mundos”, no tenemos en nosotros la ley pues esta es objetiva (universalmente para todos); lo que tenemos son a) inclinaciones y b) máximas (principios subjetivos del obrar). Sin embargo, mediante nuestra nacionalidad, podemos alcanzar una representación de la ley objetiva.
Podemos entender esto que plantea Kant como la realización de un experimento mediante el cual nos re-presentamos la universalidad. Solo la adecuación a la forma de esta representación de la ley es el bien moral. Pues bien, la forma que adopta esa re-presentación es la de un Imperativo categórico cuya formulación más conocida es la siguiente: “obra solo según la máxima a través de la cual puedas querer al mismo tiempo que se convierta en una ley universal.”
Leyes y doble ciudadanía
La relación de las leyes objetivas para con una voluntad no enteramente buena se representa como la determinación de la voluntad de un ser racional por medio de fundamentos racionales, pero a los cuales esta voluntad no es por su naturaleza necesariamente obediente. La representación de un principio objetivo en cuanto que es constrictivo para una voluntad se denomina mandato (de la razón), y la fórmula del mandato se llama imperativo.
Con la doble ciudadanía propuesta con Kant, el ser humano indefectiblemente se ve regido y atravesado por dos tipos de leyes: la ley natural del mundo sensible y como consecuencia de su doble pertenencia, el sujeto se ve afectado por dos fuerzas opuestas que se disputan la gobernación de la vida práctica. En otras palabras, las inclinaciones y necesidades pertenecientes al mundo sensible, intentan invalidar los mandatos del deber que corresponde al mundo inteligible.
Esta disputa también impacta en la determinación de la voluntad, dando lugar a que esta pueda ser conducida tanto por la inclinación (ser natural) como por el deber (ser racional). Ante esta problemática entorno a un ser natural/racional, Kant expresa lo necesario que resulta que nuestra voluntad sea mandada por el deber, ya que si bien una voluntad intrínseca en el actuar y racionales.
Acción se manifiesta en el mundo sensible, las de valor moral se desprenden de nuestras facultades como seres humanos que la heteronomía no es obedecer VOLUNTARIAMENTE las leyes naturales, porque VOLUNTARIAMENTE O NO las vamos a seguir igual, no depende de nuestra voluntad (como la ley de gravedad
Autonomía y Heteronomía
Heteronomía significa que la ley (nómos) la pone "otro" (heteros), Por eso se opone a "autonomía", que significa que la ley la pongo yo (auto),Por eso se opone a "autonomía", que significa que la ley la pongo yo (auto). entonces, siempre que la voluntad esté determinada por la naturaleza (por las necesidades o inclinaciones) esta ley es heterónoma. La única manera de actuar libremente es sometiéndonos a una ley nacional que nosotros mismos podemos querer que sea universal. Toda ley, en la medida en que es efectivamente una ley, es a priori, porque es válida universalmente, necesaria, etc.
Su principio de universalidad requiere que, para que una acción sea permisible, debe ser posible aplicarla a todas las personas sin resultar contradictoria. Su formulación de la humanidad como un fin en sí misma exige que los humanos nunca sean tratados meramente como un medio para un fin, sino también un fin en sí mismos. La formulación de la autonomía concluye que los agentes racionales están obligados a la ley moral por su propia voluntad, mientras que el concepto de Kant del Reino de los fines exige que las personas actúen como si los principios de sus propias acciones establecieran una ley para un reino hipotético. Kant también distinguió entre deberes perfectos e imperfectos.
Un deber perfecto, como el deber de no mentir, es siempre verdadero; uno imperfecto, como donar a la caridad, puede flexibilizarse y aplicarse en un tiempo y espacio particulares.
¿Qué es un imperativo?
Los imperativos constituyen solamente fórmulas para expresar la relación entre las leyes objetivas del querer en general y la imperfección subjetiva de la voluntad de tal o cual ser racional, por ejemplo, de la voluntad humana. Pues bien, todos los imperativos mandan, o bien hipotéticamente, o bien categóricamente. Aquéllos representan la necesidad práctica de una acción posible como medio de conseguir otra cosa que se quiere (o que es posible que se quiera). El imperativo categórico sería aquel que representa una acción por sí misma como objetivamente necesaria, sin referencia a ningún otro fin.
Puesto que toda ley práctica representa una acción posible como buena y, por tanto, como necesaria para un sujeto capaz de determinarse prácticamente por la razón, resulta que todos los imperativos son fórmulas de la determinación de la acción que es necesaria según el principio de una voluntad buena.
¿Cuántas clases de imperativos hay?, ¿Qué es un imperativo categórico e hipotético?
a)Hipotético (condicional): la acción es buena en tanto que vale como medio para un fin, el cual puede ser: POSIBLE (principio problemático); o REAL (principio asertórico). Carece de seguimiento al deber. Una acción es buena para un propósito y no como finalidad en sí misma.
b)Categórico (incondicional): el principio del querer es una ley válida para todos. Son principios necesarios por si, no como medios para otra cosa, a los que se los puede llamar apodícticos.
Otra formulación igualmente significativa se denomina “fin en sí mismo” y dice: “obra de tal modo que uses la humanidad tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro siempre a la vez como fin, nunca meramente como medio.”
La persona nunca es mero medio, nunca es solo un instrumento para obtener algún otro fin (como en la esclavitud o trata de personas). Por ende, cuando en una relación social utilizamos a una persona únicamente como un medio nos estamos comportando inmoralmente.
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