Nihilismo y el Superhombre (Nietzsche) - TrascendentalMente: Psicología y Comunicación

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lunes, 15 de marzo de 2021

Nihilismo y el Superhombre (Nietzsche)

 Nihilismo y el Superhombre (Nietzsche)

Nihilismo y el Superhombre (Nietzsche)



Así habló Zaratustra - Nietzsche

En “Así habló Zaratustra”, Nietzsche refiere al hombre como “una cuerda tendida entre el animal y el superhombre”, y que su grandeza está en ser “un puente y no un fin”. Con esto, el buen hombre es un tránsito, porque lucha a fin de satisfacer su deseo, sacrificándolo todo por él, y un crepúsculo, porque gracias a su sacrificio, habrá un mañana y un mediodía, un superhombre.



El superhombre

El superhombre es una esperanza para Nietzsche. Anuncia que, como ‘’Dios ha muerto’’ (y con él todo lo permanente) nuestro espíritu tiene dos posibilidades: el último hombre (el nihilismo pasivo resignado a conceptos sustitutos de Dios) o el Nihilismo activo que alcanza su máximo esplendor en la figura del niño, el cual es análogo al superhombre. 

El superhombre

El superhombre, representado con la figura del niño en las tres transformaciones, es el camino hacia la superación, representa el acontecer del espíritu, es decir, el nuevo comienzo. Se antepone a la figura del último hombre, que representa al nihilismo más decadente, el nihilismo pasivo, donde el hombre es prudente, ya no lucha por su deseo, donde “todos desean lo mismo, todos son iguales”. La igualdad es duramente criticada por Nietzsche, ésta es para él un signo de debilidad, que implica la aceptación de ciertos impuestos (morales, religiosos, etc.) que llevan al hombre a una posición cual la del rebaño, que es guiado y dirigido ignorantemente por el pastor, sin conocer en sí su verdadera meta. Esta crítica junto con la de la voluntad de poder, representan una crítica a la ética.

Este es el ideal al que se debe aspirar, que representa la superación del hombre. Es creador y dueño de sí mismo y de su vida, es un espíritu libre. Crea valores que le permiten expresar su propia personalidad y riqueza. Los cuales si no le sirven puede desecharlos. Acepta su limitación, no se oculta las dimensiones terribles de la existencia (el sufrimiento, la enfermedad, la muerte), es dionisiaco.



El nihilismo y la muerte de Dios

Nietzsche hace una importante crítica a la cultura, y sostiene que “Dios ha muerto y el hombre con él”; con esto hace referencia a que la sociedad de su época, aunque en la actualidad se, desvalorizado los valores supremos. El hombre queda flotando en la nada, sin valores eternos a los cuales responder en este mundo que lo rodea, ya que ahora sólo ve devenir, dolor y muerte. 

El nihilismo y la muerte de Dios

Luego de la aceptación de la muerte de Dios se pueden tomar dos caminos, resignarse o buscar nuevos valores. Este estado en el que ha caído el hombre, donde le falta su finalidad, lo denomina “nihilismo”, y distingue dos clases de nihilismo: el pasivo, el cual entiende como un signo de debilidad, donde toda creencia, que él entiende como un “tener por verdadero”, se ha perdido, resulta inadecuada, y la fuerza del espíritu se encuentra agotada; y el nihilismo activo, en el cual el espíritu rebosa de fuerza, en cuanto fuerza destructiva, porque intenta luchar contra los valores supremos, pero es insuficiente como para construir nuevas metas, un nuevo “para qué”, una fe. Al nihilismo pasivo, Nietzsche lo entiende como un ocaso, y sostiene que tiene que haber un ocaso, para que haya un mañana y un mediodía, es decir, que, sin nihilismo pasivo, no habrá una fuerza que derrumbe los antiguos valores y construya unos nuevos.



Las tres transformaciones del espíritu (Nietzsche)


Las tres transformaciones del espíritu (Nietzsche)

Zaratustra presenta tres transformaciones del espíritu: el espíritu en camello, el camello en león, y el león en niño. La primera figura, es la del camello (nihilismo pasivo), éste es un animal de carga, que cuál el espíritu vigoroso pide más carga para demostrar su vigor, humillándose a sí mismo. Sin embargo, el camello se transforma luego en león (nihilismo activo) buscando conquistar la libertad y zafarse de las cadenas de los valores morales que se le imponen. Es un animal feroz que ataca, busca el peligro y lucha contra él. Representa el ‘’yo quiero’’ que lucha contra el dragón del ‘’tú debes’’ (‘’todos los valores de las cosas brillan en mi’’ -el deber-/’’Todos los valores han sido ya creados, y yo soy todos los valores creados, no debe haber ningún ‘’yo quiero’’! dice el dragón). Se enfrenta y busca liberarse de la carga pesada que llevaba el camello (la decadencia, la moral la culpa, la obligación el castigo. Finalmente, es necesaria una transformación más del espíritu, ya que el león, a pesar de ser muy poderoso, carece de la capacidad creativa para la superación personal, entonces la tercera figura es la del niño, que representa ni más ni menos que al superhombre“es inocente y olvida; es primavera y un juego”, ya no le importan los valores impuestos, ya se ha librado de ellos, ya no necesita imponerse, ahora quiere crear, establecer su propia voluntad. El espíritu quiere ahora su voluntad, el retirado del mundo conquista ahora su mundo.

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