Antología, Acumulación originaria y fetichismo de la mercancía (Karl Marx)
¿Qué es la llamada acumulación originaria?
El secreto de la acumulación originaria: Hay un cuento idílico acerca del origen de la acumulación originaria: en tiempos remotos había, por un lado, una elite diligente, y por el otro una pandilla de vagos y holgazanes. Ocurrió así que los primeros acumularon riqueza y los últimos terminaron por no tener nada excepto su pellejo. Y de esta especie de pecado original arrancó la pobreza de la gran masa y la riqueza de unos pocos, que crece continuamente aunque sus poseedores hayan dejado de trabajar hace mucho tiempo.
En la historia real el gran papel lo desempeñan la conquista, el sojuzgamiento, el homicidio motivado por el robo: en una palabra, la violencia. Los métodos de la acumulación originaria son cualquier cosa menos idílicos.
El dinero y la mercancía no son capital desde un primer momento, como tampoco lo son los medios de producción y de subsistencia. Requieren ser transformados en capital. Para ello es necesario que se enfrenten y entren en contacto dos clases diferentes de poseedores de mercancías: por un lado los propietarios del dinero, de medios de producción y de subsistencia, a quienes les toca valorizar, mediante la adquisición de fuerza de trabajo ajena, la suma de valor de la que se han apropiado; al otro lado, trabajadores libres, vendedores de la fuerza de trabajo propia y, por tanto, vendedores de trabajo. Trabajadores libres en el doble sentido de que ni están incluidos directamente entre los medios de producción ni tampoco le pertenecen a ellos los medios de producción.
Con esta polarización del mercado de mercancías están dadas las condiciones fundamentales de la producción capitalista la cual, una vez establecida, mantiene y reproduce esa división en una escala cada vez mayor. La llamada acumulación originaria no es más que un proceso histórico de escisión entre productor y medios de producción. Aparece como originaria porque configura la prehistoria del capital y del modo de producción correspondiente. Hay un pasaje del modo feudal de explotación al modo capitalista de explotación.
En la historia del proceso de escisión es fundamental el proceso de expropiación que despoja de la tierra al trabajador, método por el cual se separó violenta y súbitamente a las grandes masas humanas de sus medios de subsistencia y de producción y se las arrojó, en calidad de proletarios totalmente libres, al mercado de trabajo.
Expropiación de la población rural, a la que se despoja de la tierra
Los trabajadores asalariados agrícolas se componían en parte de campesinos que valorizaban su tiempo libre trabajando en las fincas de los grandes terratenientes pero a la vez trabajaban para sí mismos, pues además de su salario se les asignaban tierras de labor.
Las tierras de labor fueron convertidas en praderas para la cría de ovejas, etc; fáciles de vigilar con unos pocos pastores y las fincas arrendadas temporal, vitalicia y anualmente se transformaron en dominios señoriales. Esto originó una decadencia del pueblo, y por consiguiente unas decadencia de las ciudades, iglesias, diezmos. el rey y el parlamento adoptaron medidas contra sus usurpaciones que despoblaban los predios comunales y contra el despoblador régimen de pasturas que seguía de cerca a esas usurpaciones.
Lo que exigía el sistema capitalista era, a la inversa, una condición servil de las masas populares, su transformación en alquilones y la conversión de sus medios de trabajo en capital.
Al caer la tierra en manos de unos pocos arrendatarios, los pequeños arrendatarios se transforman en gente que tiene que ganarse el sustento trabajando para otros. Las ciudades han crecido porque más gente, en busca de trabajo, se vio empujado hacia ellas. Los terratenientes y arrendatarios se han visto reducidos a la condición de asalariados y jornaleros, tornándoseles cada vez más difícil ganarse la vida en esa condición.
Tendencia histórica de la acumulación capitalista
La acumulación originaria del capital acaba en la expropiación del productor directo, esto es, en la disolución de la propiedad privada fundada en el trabajo propio. La propiedad privada del trabajador sobre sus medios de producción es el fundamento de la pequeña industria, y la pequeña industria es una condición necesaria para el desarrollo de la producción social y de la libre individualidad del trabajador, propietario de sus condiciones de trabajo, manejadas por él mismo
La propiedad privada erigida a fuerza de trabajo propio, fundada en el individuo laborante independiente, aislado y sus condiciones de trabajo, es desplazada por la propiedad privada capitalista, que reposa en la explotación de trabajo ajeno, aunque formalmente “libre”. Los trabajadores se han convertido en proletarios y sus condiciones de trabajo en capital.
Siguiendo las leyes propias e ineludibles del sistema de producción capitalista, cada capitalista liquida a otros muchos. El progreso de la industria, sustituye, con la unificación revolucionaria de los obreros con las asociaciones obreras, con los sindicatos, el aislamiento provocado por la competencia.
Fetichismo de la mercancía y su secreto
En una sociedad productora de mercancías y servicios, el intercambio de las mismas es la única manera en que los diferentes productores aislados se relacionan entre sí. De esta manera, el valor de las mercancías es determinado de manera independiente de los productores individuales, y cada productor debe producir su mercancía en términos de la satisfacción de necesidades ajenas. De esto resulta que la mercancía misma (o el mercado) parece determinar la voluntad del productor y no al revés.
Marx afirma que el fetichismo de la mercancía es algo intrínseco a las sociedades productoras de mercancías, ya que en ellas el proceso de producción se autonomiza de la voluntad del ser humano. Marx también argumenta que la economía política clásica no puede salir del fetichismo de la mercancía, pues considera a la producción de mercancías como un hecho natural y no como un modo de producción histórico y, por lo tanto, transitorio. De este fetichismo que se da prácticamente en la producción y el intercambio de mercancías viene la sobreestimación teórica del proceso de intercambio sobre el proceso de producción. De ahí el culto al mercado de parte de algunos economistas, que consideran a la oferta y la demanda como determinaciones fundamentales del movimiento de la economía (ley de la oferta y la demanda).
Ejemplos no fetichistas
Uno de ellos es el de un náufrago en una isla, que debe repartir su tiempo entre los distintos trabajos útiles necesarios para producir los distintos bienes de subsistencia. Siendo el único productor y consumidor de estos bienes, claramente estos no son mercancías, y el náufrago distribuirá su día de trabajo entre los distintos trabajos útiles según lo vea necesario. El proceso de producción es determinado racionalmente por el propio productor/consumidor
Otro ejemplo es el de los siervos de la Edad Media, asignada por la dependencia personal. Aquí el siervo trabaja para sí mismo y para su señor feudal siempre produciendo bienes para el consumo directo, y no mercancías.
Y también se encuentra el comunismo.
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